En el condominio La Rioja, ubicado en Quinta Normal, se ha multado con sumas que superan los $50 mil a los padres de los niños que juegan a la pelota en el estacionamiento de la propiedad.
Según indicó Las Últimas Noticias, las sanciones cobradas a los propietarios del condominio están vinculadas a los daños en la luminosidad, los autos y reclaman además por los garabatos que gritan los niños al jugar.
De hecho, a pesar de la molestia de los padres de los menores, es una práctica legal, usada para recular la convivencia entre los vecinos. Aunque expertos sostiene que puede darse una “colisión de derechos”.
Juegos infantiles: legalidad
Desde el Centro de Estudios Condominales, el administrador de propiedades Juan Pablo Wilson, asegura que “se pueden pasar multas legalmente, siempre y cuando en el reglamento esté estipulado las causas y los montos”.
Asimismo, el abogado del estudio CP&J, Gonzalo Pérez, sostiene que estas sanciones están dentro de la ley. Sin embargo, las multas que se efectuaron en el condominio de Quinta Normal a causa de los improperios gritados por lo menores, “corresponde a una colisión de derechos (…) entre los propietarios del condominios y los menores que juegan. Para mi gusto el desarrollo de un niño es más importante que no escuchar ruidos molestos”.
Pero ¿cómo regular una buena convivencia en los condominios sin tener que poner multas?
Los juegos infantiles no deben generar problemas en las comunidades
Si bien Wilson enfatiza en que la sanción que excede los $50 mil de la propiedad ubicada en Quinta Normal es “excesiva” agrega que “es responsabilidad de cada persona que compra o arrienda, tener conocimiento de ese reglamento” de lo contrario “la administración está facultada a cobrar la multa”.
Juegos infantiles casos especiales
En esa línea, el administrador inmobiliario, Darío Ureta añade que “si es que hay daños causados por una pelota, por ejemplo que quiebren un vidrio, los padres tienen que responder. Pero multas propiamente tal por esas razones no es normal”.
Sin embargo, el profesional detalla en que estos daños deben ser reparados, pero se deberían poner avisos que informen que está prohibido que los niños jueguen. Y si ya se les informó a la comunidad y los menores causan un daño, ahí los padres tienen que responder por esos daños”.
Wilson propone que la mejor manera para regular la convivencia entre los vecinos de las copropiedades es “establecer por ejemplo qué tipo de pelotas se pueden usar y en qué zonas se puede jugar o no”.